21 julio 2014

Aprender del pasado.



A veces, situaciones pasadas que nos han provocado dolor, tratamos de ignorarlas y "hacer como que" no han ocurrido.

Otras veces, aún peor, volvemos una y otra vez a la situación y nos preguntamos qué hicimos mal, le damos vueltas y tratamos de cambiarla y acomodarla a unos resultados positivos, sin embargo, sabemos que eso es imposible y sólo nos aporta más dolor.

Ni es bueno huir del pasado, tratando de ocultarlo en un oscuro baúl y tirar la llave, ni es bueno revivirlo una y otra vez buscando un desenlace alternativo. El pasado no se puede cambiar.

¿Qué hacer, entonces? Como aparece en la imagen de arriba, podemos aprender de él. Podemos volver a enfrentarnos a una situación complicada similar a otra ya vivida con la experiencia que nos aportó aquélla y enfocarla de otra manera, con soluciones alternativas. Y si no las hay, siempre podemos asumir los resultados sabiendo que hicimos cuanto estaba en nuestra mano. 

Sólo podemos pedirnos a nosotros mismos responsabilidades de lo que en verdad está en nuestra mano modificar. Aquello a lo que no tenemos acceso, no depende de nosotros, por lo tanto, es injusto culparnos por ello.

Usemos el pasado para aprender no para culpabilizarnos y sufrir.




2 comentarios:

  1. Yolanda, trataré de seguir tu consejo, es cierto que aveces utilizamos "cosas" del pasados para hacernos sufrir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hazlo, Lolines, usalo para aprender. El sufrimiento en balde es absurdo. Un abrazo.

      Eliminar