02 abril 2013

TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA.




Hoy, 2 de abril, es el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo.

Esta enfermedad, que en realidad es un conjunto de trastornos, conocido como Trastornos del Espectro Autista, tan difícil de definir, aún hoy sigue siendo un misterio.
La palabra “autismo” procede del griego “autos” que significa: “sí mismo”.
El pionero en el estudio de este trastorno infantil fue Leo Kanner, quien realizó la primera descripción del mismo, a raíz de un estudio que realizó con 11 niños que sufrían lo que se consideraban alteraciones “extrañas”.
Kanner definió el autismo como “una innata alteración autista del contacto afectivo”, sentando las bases de que la principal manifestación del trastorno es la incapacidad del autista de relacionarse normalmente con la gente.

Principales características del autismo infantil.

·       Alteraciones de la conducta social. 
Wind y Gould (1979) establecieron tres patrones distintos de relación social: “aislado” que evita la interacción activamente; “pasivo” que soporta pasivamente las relaciones con otras personas pero no las propicia activamente; y “activo pero extravagante” que se relaciona con otros pero de una forma extraña o atípica. En resumen, los autistas se relacionan socialmente de muy diversas formas. Sin embargo, hay una serie de conductas específicas comunes en los niños autistas: ausencia de contacto con los demás, falta de apego, no gritan para demandar atención, no buscan contacto afectivo, no levantan los brazos para que sus padres o cuidadores los tomen en su regazo, etc.

·       Alteraciones del lenguaje.
Una de las primeras señales para los padres de un niño autista es, precisamente, un desarrollo inadecuado del lenguaje. Los niños autistas no buscan esa comunicación intencional que desarrollan los niños a los 9 meses; también la comunicación no verbal está alterada en un niño autista: emplean menos señales no verbales, transmiten una ausencia de expresión, con aspecto de “estatua”, no utilizan gestos expresivos como un abrazo de consuelo o de amistad; no emplean gestos instrumentales como señalar, usar un dedo en los labios para pedir “silencio”, etc. Este tipo de gestos son empleados adecuadamente tanto por niños sin discapacidad como por niños con retraso mental.

·       Alteraciones motoras.
En los trastornos autistas, se producen conductas repetitivas y estereotipias, como balanceos rítmicos del cuerpo, carreras cortas, posturas extravagantes, etc. En cuanto a las conductas de juego, realizan conductas repetitivas, como por ejemplo poner en fila una y otra vez sus coches de juguete. Carecen totalmente de juego intencional. También en algunos casos se producen conductas autolesivas (se hacen daño a sí mismos) tales como cabezazos contra la pared, morderse las manos, arrancarse pelo, arañarse, etc.

·       Aprendizaje y cognición en el autismo infantil.
Aunque Kanner señaló en su momento que los niños autistas tenían una inteligencia dentro de la media o incluso, más alta, lo cierto es que diversas investigaciones han arrojado resultados sobre, al menos un 60 por ciento de casos que presentan retraso mental (Marcus y Schopler, 1987; Rutter y Schopler, 1987). De todos modos, en los resultados de las pruebas realizadas a personas con autismo hay mucha más variabilidad que, por ejemplo, en los obtenidos con personas diagnosticadas de retraso mental. Hay casos de personas autistas con destrezas llamadas “aptitudes de erudito”. Un ejemplo de esto aparece en la película “Rain Man”, cuando Dustin Hoffman cuenta los fósforos que se caen al suelo, sin equivocarse.